Un grupo de guardiacárceles del penal de Tacumbú se negaron a ingresar al recinto penitenciario por falta de garantías, según confirmó un dirigente sindical. Señalaron que la situación se desbordó y pidieron la presencia de las autoridades. Tras la crisis, 12 funcionarios están custodiando a 2.700 internos.

Agentes penitenciarios de la cárcel de Tacumbú se negaron este viernes a ingresar al recinto por falta de garantías tras el motín realizado por el Clan Rotela, según confirmó José Espínola, delegado sindical de los guardiacárceles, en comunicación con radio Monumental 1080.

Espínola afirmó que con esta situación se debilita la seguridad en la cárcel más grande del país. “Los compañeros ya no quieren entrar porque no es la primera vez que esto sucede, se desbordó y no hay garantías para los compañeros”, explicó el funcionario.

La cárcel fue tomada por Armando Javier Rotela, cuyos adeptos quemaron colchones y ruedas, tomaron de rehenes al director del penal, a funcionarios y visitantes, el pasado martes.

El miércoles bajó la tensión por parte de los internos y se liberó a las personas que estaban retenidas. Sin embargo, tras la situación vivida, una gran parte de los funcionarios penitenciarios –sobre todo los que fueron mantenidos de rehenes– ya se negaron a volver a ingresar al penal.

El dirigente sindical reveló que solamente 12 de sus compañeros, por voluntad propia, aceptaron volver a sus labores luego de los incidentes, pero estos ya están sobrepasados. “Esas personas que ingresaron a trabajar deben salir hoy porque muchos de ellos ya sobrepasaron sus horarios”, añadió.

La crisis en Tacumbú se suma a una serie de pedidos que vienen realizando los guardiacárceles, que aseguran que están trabajando en condiciones precarias. “Hace 12 años estamos sin mejora salarial. Un (funcionario) contratado gana G. 2.500.000 desde hace cuatro años. Es una miseria. El nombrado gana G. 3.600.000”, reveló el funcionario.

Actualmente, la cárcel de Tacumbú cuenta con alrededor de 2.700 internos, muchos de ellos adeptos al Clan Rotela. Días después la situación está calmada, pero los funcionarios quedaron con miedo. “Está tranquila la población, pero una vez que entremos no sabemos qué va a pasar, pueden volver a retener a los compañeros”, concluyó.

Fuente: UH