La injerencia del ex embajador de Estados Unidos en Paraguay, Marc Ostfield, y su alianza con el entonces presidente Mario Abdo Benítez, no solo generó tensiones políticas. Detrás del telón diplomático, la persecución desatada contra el expresidente Horacio Cartes tuvo consecuencias económicas devastadoras, afectando directamente a cientos de familias paraguayas que dependían laboralmente de la Tabacalera del Este S.A. (TABESA), y causando una importante caída en los ingresos fiscales del Estado.
TABESA, una de las principales generadoras de empleo y aportantes al fisco nacional, quedó fuera del mercado estadounidense tras las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro norteamericano. La pérdida de operaciones en EE.UU. derivó en despidos, cierre de operaciones clave, y una merma anual de aproximadamente US$ 40 millones en contribuciones tributarias, según denunció su director, José Ortiz.
“Lo que acá estaba sucediendo era algo exclusivamente hecho por el embajador. Era tan arbitrario y direccionado, hasta el punto de que el embajador le negó una audiencia a abogados americanos”, declaró Ortiz en entrevista con el programa La Caja Negra, por Unicanal.
El empresario sostuvo que el trasfondo de las sanciones fue claramente político, con el objetivo de debilitar la figura de Cartes. “Fue un nivel de persecución tan grotesco, tan evidente, que ni siquiera se les permitió a nuestros abogados dialogar con la embajada”, reclamó. Afirmó que la sanción a la empresa se basó en una supuesta “asistencia financiera” que, en realidad, correspondía a una legítima venta de acciones realizada en moneda local.
Ortiz aseguró que la maniobra fue parte de un plan para asfixiar económicamente al entorno de Cartes, incluso afectando a empresas que todavía ni siquiera estaban operativas, como el frigorífico Chajha SA. “El daño fue real, concreto y devastador para cientos de paraguayos”, agregó.
A pesar de las gestiones realizadas ante la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (Ofac), los abogados fueron redirigidos a la embajada en Paraguay, donde se les negó la audiencia. “El embajador Ostfield no iba a tener cómo sostener sus arbitrariedades. Fue un atropello a la soberanía nacional”, sentenció.
La historia detrás de esta persecución, expuesta recientemente en un documento filtrado por el portal estadounidense “Las Américas”, pone en evidencia cómo intereses políticos externos y decisiones diplomáticas direccionadas pueden causar un impacto directo en la economía nacional, el empleo, y los ingresos del Estado paraguayo.
Fuente:ADN
