Jorge Portillo, actual administrador de la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP), en la zona primaria del puente de la Amistad, en Ciudad del Este, aseguró que, para mantenerse en el cargo, solo tiene que comprarle con un mínimo porcentaje de dineros a los directores nacionales. Desde que está en el cargo, como mínimo ya fueron cambiados tres directores nacionales, pero él se mantiene en el cargo.
Esta versión, se filtra del mismo Portillo, quien luego de beberse unas cuantas botellas de bebidas espirituosas, a lengua suelta confirma que “le compró” a todos los administradores por un “puñado de dinero”. Esta versión es un secreto a voces, ya que todos los operarios de Puertos de Ciudad del Este, conocen esta versión, por las reiteradas veces que el propio Portillo reconoció, estando bajos los efectos de bebidas alcohólicas e incluso, estando sobrio.
Además, Jorge Portillo, cuenta con frondosos antecedentes judiciales, ya que fue denunciado por haber “robado” a la institución, estando en distintas terminales portuarias del país. Sin embargo, ningún director o administrador general de la ANNP, le abrió sumario, porque, probablemente, sería cierta la versión que da el propio Portillo, que les cierra las bocas a los jefes nacionales, con dinero.
Por otro lado, las instalaciones del ANNP de Ciudad del Este es una ratonera. Las instalaciones edilicias se caen a pedazos y nada hace para ponerla en condiciones. Abusa de su autoridad, alquilando casillas en G. 2 millones, pero solo rinde a las autoridades la suma de G. 300 mil.
En medio de sus borracheras, Portillo siempre afirma y reconfirma que le tiene comprado y asegurado al presidente de Puertos, JULIO CESAR VERA CACERES,que, por cierto,“es muy barato”, según dijo y agregó que “CON TRES O CUATRO BOTELLITAS DE VINO Y SU SOBRECITO LE TENGO DOMESTICADO AL VIEJITO, JUNTO A SU MANO DERECHA, ANDRES ‘GIGI’ SÁNCHEZ”, había expresado Portillo, burlándose de esta manera de las autoridades portuarias.
Los funcionarios lamentan este hecho y catalogan la situación como una actitud “vergonzosa”, debido a la manera en que se sigue manipulando las recaudaciones con el “maletín”, a las órdenes de las autoridades portuarias.