sábado, 25 Ene, 2025
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Santiago Peña participó del octavo día de novenario en Caacupé

El presidente de la República, Santiago Peña, participó este jueves del octavo día de novenario en honor a la Virgen de los Milagros de Caacupé, cuya misa estuvo a cargo del cardenal Adalberto Martínez, teniendo como tema “El cuidado de la Casa común como necesidad y signo de esperanza.”

El mandatario estuvo acompañado por la primera dama, Leticia Ocampos, el vicepresidente Pedro Alliana y ministros de su gabinete.

En la ocasión, el cardenal señaló que “no escuchar el clamor de los pobres para su liberación, asistencia y su promoción integral nos sitúa fuera de la voluntad del Padre y de su proyecto”.

Asimismo, Martínez dijo que el maltrato y abuso de los bienes de la naturaleza y sus efectos; como la sequía y la inundación, profundiza el sufrimiento de los sectores más vulnerables, proyectando a su vez, un futuro incierto para las futuras generaciones.

“Dios tiene predilección por los pobres, pero no quiere que permanezcan en esa condición, ahí si deberíamos todos ayudarnos, los excluidos y descartados de una vida digna y plena. Por eso que el amor de Dios debe concretarse en la caridad y no como una limosna, sino como un derecho a la vida digna y a la promoción de una vida integral”, expresó.

Mencionó que garantizar una vida digna para los más desprotegidos será posible mediante una sociedad equitativa, que brinde oportunidades de acceso a los servicios básicos fundamentales como la salud, educación, empleo, vivienda y el desarrollo de las capacidades para aportar al desarrollo de su familia y, por ende, del país.

Admitió que las necesidades del Paraguay son muchas pero que los recursos son escasos, por lo que pidió a las autoridades que sean celosos en la administración de los recursos, y que ante todo garanticen su adecuada inversión en políticas públicas y programas sociales en favor de los ciudadanos.

En ese orden, indicó que la corrupción pública y privada es inamisible y se constituye en un grave pecado personal. “No se puede decir, señor, señor y robar los bienes públicos que condenan a cientos de miles de personas a una vida desmejorada e indigna de su condición humana”, exteriorizó finalmente.

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