Nicolás Maduro se prepara este viernes para asumir un nuevo mandato presidencial en Venezuela, rodeado de polémica y bajo la sombra de acusaciones de fraude. Durante seis meses, la comunidad internacional, incluida la OEA y el Centro Carter, ha exigido que presente las actas electorales que avalen su triunfo, sin obtener respuesta. La ausencia de líderes internacionales y la militarización de las calles marcan un clima tenso en el país.
Mientras tanto, Edmundo González Urrutia, el principal candidato opositor, ha ganado protagonismo al presentar miles de actas que, según organizaciones internacionales, demuestran que fue el ganador legítimo en los 23 estados del país. González, exiliado en España desde septiembre, ha prometido regresar a Venezuela y jurar como presidente, un desafío que ha generado especulaciones y dudas incluso en el gobierno de Maduro.
La oposición venezolana se encuentra en un estado de agitación. María Corina Machado, líder del movimiento opositor, ha respaldado las afirmaciones de González, generando expectativas entre sus seguidores. Sin embargo, las últimas 72 horas han estado marcadas por detenciones de opositores, activistas y periodistas, lo que incrementa la sensación de represión. Entre los detenidos se encuentran Enrique Márquez, un excandidato presidencial, y Carlos Correa, defensor de la libertad de expresión, cuyo paradero sigue siendo desconocido.
El chavismo enfrenta un día que debía ser de celebración, pero que se ha transformado en una jornada de tensión e incertidumbre. La promesa de González de ingresar al Palacio de Miraflores desafía directamente a un gobierno que, según muchos, busca aferrarse al poder en medio de un creciente aislamiento internacional. (Con información de agencias internacionales)