Un donante que ha fallecido puede salvar a más de 10 personas, mediante la donación de sus órganos y tejidos. Es muy importante instalar la cultura de la donación en Paraguay y que esta esté basada en información responsable, afirma el Ministerio de Salud Pública.
La cartera sanitaria recuerda que ser donante es una elección personal, por ello, es muy importante que familiares y amigos sepan de la decisión, la apoyen y respeten. Según la “Ley Anita” 6170/18, toda persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos posterior a su fallecimiento. Si alguien no desea donar, debe manifestarlo por escrito al Instituto Nacional de Ablación y Transplante (INAT), refiere la cartera de Salud.
Incica además que los órganos que se pueden donar son: dos riñones, un hígado, un corazón, dos pulmones y el páncreas. En cuanto a los tejidos, se pueden ceder las dos córneas, la piel y los huesos. Además, en vida, se puede donar un riñón, una parte del hígado, como también la médula ósea, siempre que sean emparentados.
La cultura de donación de órganos se posicionó lentamente en Paraguay, pasando de un periodo de meseta para llegar al pico histórico de una tasa de 3,9 donantes por millón de habitantes (dpmh), en el 2019. Posteriormente, sufrió una bajada abrupta por la pandemia, durante la cual se ha mantenido el programa activo bajo protocolos estrictos para las diferentes fases que se atravesó en la misma, cerrándose el año 2021 con 1.8 dpmh.
Existen algunos factores que influyen en la decisión de ser donante, como la educación, el conocimiento sobre el concepto de la muerte, el tratamiento del tema con la familia, entre otros. Por ello, es muy importante que la cultura de la donación en Paraguay esté basada en información responsable.
“El paraguayo que ha perdido un ser querido debe tener la convicción que está haciendo un bien al respetar la decisión de esa persona que ha partido, que está salvando vidas”, remarcó la coordinadora médica del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante, Elsa Escalante.
En ese sentido, sostuvo que es necesario derribar los mitos y la barrera cultural sobre la donación de órganos y tejidos. “No existe desfiguración del cuerpo del donante, si llega a la urgencia y es donante, lo primero que harán los médicos, es intentar salvar la vida del enfermo. Recién cuando no exista la posibilidad y se ha certificado la muerte, es ahí donde pasamos a abordar la posibilidad de la donación, siempre en una situación de ayuda”.
Dijo además que uno de los argumentos que brindan los familiares es: “quiero llevarle, así como vino, enterito”, resaltó la doctora.
Fuente: Salud Pública.