El ministro de Economía argentino Sergio Massa, un peronista de centro-izquierda, y el líder ultraliberal y antisistema Javier Milei se lanzaron a la búsqueda de apoyos para ganar la presidencia, tras pasar este domingo al balotaje que se celebrará el 19 de noviembre.

Massa, un abogado de 51 años y candidato de la coalición Unión por la Patria durante cuya gestión se disparó la inflación, obtuvo 36,54% de los votos frente a Milei, con 30,06%, según el escrutinio de 96,31% de las mesas.

“No les voy a fallar”, clamó Massa en su primer discurso tras la elección, al pedir el respaldo para la segunda vuelta.

“Quiero convocarlos a que tengamos la capacidad de poner punto final a la idea de la destrucción del otro, a la idea del amigo/enemigo. Si hay algo que ha quedado claro en esta elección es que la grieta se murió y empieza una nueva etapa”, aseveró.

Se opta entre “un país que nos abrace a todos o un país del sálvese quién pueda”, añadió.

Massa, la principal figura del gobierno de centro-izquierda de este país inmerso en una crisis económica que parece interminable, con una inflación de casi 140%, optó por mantenerse en el cargo de ministro con la idea de que “la campaña es la gestión”.

“Hizo muy buena campaña, sobre todo al final. Conectó con la gente y el peronista se dio cuenta que enfrente está el enemigo del pueblo”, dijo a la AFP Jonatan Pagano, un albañil de 36 años.

– A segunda vuelta –

Estas elecciones se vieron marcadas por la irrupción de Milei, quien era el favorito de los sondeos tras sacudir el tablero político.

Hace pocos días Milei se había declarado listo para ganar desde la primera vuelta, pero este domingo, ante un grupo de simpatizantes aún sorprendidos por el escaso resultado ofreció “dar por terminado ese proceso de agresiones entre los que queremos un cambio”, en alusión a la conservadora Patricia Bullrich, que quedó tercera (24%).

“Estoy dispuesto a barajar y dar de nuevo para terminar con el kirchnerismo”, insistió este economista de 53 años que propugna el anarco-capitalismo.

En su comando de campaña, Gastón Rivero, de 35 años, se mostraba sorprendido. “No esperaba este resultado”, dijo a la AFP, aunque expresó su confianza en un triunfo en segunda vuelta.

Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, acompañó al candidato ultraliberal. “Yo creo que en la primera o en la segunda vuelta va a ganar Milei, que este movimiento es imparable”, aseveró.

Bullrich, exministra de Seguridad y candidata de la alianza de centro-derecha Juntos por el Cambio, no reveló a quién apoyará en el balotaje. “Nuestros valores no están a la deriva, no se venden ni se compran, no los vamos a negociar”, declaró en su primer discurso tras la derrota.

– Temor –

Para el analista político y consultor Raúl Timerman, Milei terminó asustando a un sector del electorado con sus propuestas extremistas y no logró aumentar su votación con respecto a las primarias de agosto, cuando obtuvo el primer lugar con 30%.

Milei plantea dolarizar la economía, “dinamitar” el Banco Central, reducir drásticamente el gasto público, eliminar el Ministerio de la Mujer y derogar la ley del aborto, entre otras propuestas.

“La motosierra (que exhibía como símbolo de los recortes que piensa aplicar) que al principio parecía gracioso, se convirtió en un elemento atemorizante”, explicó.

En cambio, Massa, a pesar del mal desempeño de la economía, mostró mesura a lo largo de la campaña y una actitud de apertura, con constantes llamados a la unidad nacional.

“Fue percibido como el más capaz de presidir el país en una situación de caos como la que está viviendo”, apuntó Timerman.

– Economía estancada –

Tercera economía de América Latina, históricamente la sociedad argentina se ha enorgullecido de su extensa clase media, pero en la última década cambió la tendencia y la pobreza subió hasta alcanzar a 40% de la población.

Con una economía estancada durante más de diez años, Argentina se endeudó en 2018 con el Fondo Monetario Internacional por 44.000 millones de dólares, un compromiso que le exige una importante reducción del déficit fiscal.

Además de la presidencia, los argentinos eligieron este domingo la mitad de los escaños a la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. La participación fue de 74% de los 35,8 millones de electores.

El nuevo presidente debe asumir el 10 de diciembre por cuatro años.